lunes, 21 de febrero de 2011

21 de febrero


Los días pasan. Una verdad incuestionable. Pero en mi Full de la YPF de Libertador y José Ingenieros, en La Lucila, el tiempo no altera mucho la vida. La quietud de la tarde, con poco movimiento, contrasta con el andar rápido de los autos que pasan a metros de donde estoy sentado.

Como siempre, compartimos oficina con el hombre que duerme. Mis últimos encuentros con él, que además creo que me reconoce como par, confirman mi teoría de que todavía no anunció su situación en casa. Y que se trata de un desempleado reciente. Afuera estaciona su Megane azul, con patente que empieza con I. Compra de no más de un año. Y que ahora quizás se lo quiera meter en el culo. O no. De hecho, yo no me desprendo de mi Mitsubishi Lancer 98 por nada. Es mi contacto con la vida. Sin él no podría ir a ningún lado. Y como siempre, él duerme. Y yo lo veo dormir.

Posteo menos, sí. Eso es distinto. Estoy con un laburito free lance de buena plata. Bah, buena plata si tenemos en cuenta de que no estoy levantando nada. Y es una mano que me da un amigo. Y eso es doblemente bueno: tener un amigo y que te de una mano.

Creo, igual, que perdí el ritmo inicial. Como que me quedé en la inercia del envión primario. El otro día estuve en el Tigre y nada. Fui a la Full de Vicente López y nada. No es inspiración lo que me falta. Son las ganas.

Espero cambiar en eso al menos. Por ahora, esto es lo que hay. Es poco.

2 comentarios:

Unknown dijo...

te leo desde las épocas de Calixto embolado, me gusta cómo escribís. ¡Ánimo, mañana es mejor! saludos.N.

calixto dijo...

gracias, natalia.