
Últimamente tengo algo con el río. Ya van dos veces que hice el camino de la costa hasta Benavídez. A paso de hombre. Y hoy me vine más lejos. Aunque el plan no salió todo lo bien que esperaba. No conocía Campana. Creo que alguna vez fui al Ítalo Argentino o algo así. Y otra entré, pero directamente al puerto, y salí corriendo. Esta vez me metí bien. Y llegué hasta el río. Y saqué una foto. Pero no había lugar para estar ahí, bajo la lluvia. Y busqué, entonces, una estación de servicio. Encontré una Petrobras, que era ideal.
Era de esas estaciones de servicio que me gustan: en primer lugar, porque se podía fumar. Y después, porque era tranquila. Había otro clima. Y me meto directo en el lugar común: era de pueblo. El único ruido, la cafetera. Y después, un televisor de 32", cuadrado, con TN. Y había una pareja que hablaba casi con signos. Y un hombre y dos amigos, contándose cosas de gente conocida por ellos. Uno era el dueño. Y el que me dijo que la clave del wi fi era "Campana1". Pero nunca me pude conectar. Y estuve 1o minutos probando. Y con mucha, mucha pena, me tuve que ir. Y probé en la Full de la YPF a la entrada de Campana, pero no tenían wi fi.
Y ahora estoy en el ACA de Maschwitz, que tiene wi fi y tiene ese aire de comedero de ruta. Y huele como comedero de ruta. Y que me permite mantenerme lejos por un rato más. Lejos de la reunión de los lunes y de saber que hoy es lunes y estoy en una oficina nómada. Me ayuda a olvidar que estoy lejos de un montón de cosas. Y acá esas cosas no me afectan. Porque me siento de viaje. En esta ACA hay clima de otro lugar. Y acá me voy a quedar un rato. A pensar. A pasar el tiempo. A terminar mi lunes.
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